...porque lo que no es amor es sentir cómo transcurren los días, sin solución ni medida, pensar que existe un egoísmo sano, que nos saca de nuestras casillas, poniéndonos en funcionamiento real (la realidad y el otro, qué conceptos más hermosos), dándonos una capacidad de poder total y absolutamente capitalista del mundo que nos rodea, en el que intentamos inter/sobreactuar para defendernos del punto de vista de los demás que no coincida con el nuestro.
La dificultad estriba en saber qué se quiere y cuáles son las metas que a corto plazo necesitamos cumplir.
A veces, me sirven metáforas para hablar de esos ojos marrones, pero la mayoría de las veces, las palabras se divierten al convertirse en balbuceos, ya se sabe, las palabras del neolítico de nuestro aprendizaje comunicativo, lo puro que es el sonido no inteligible cuando el cerebro no reacciona ante la belleza que él mismo ha ido inventando.
Hay momentos en los que abuso de la retórica y pienso que el amor, que la vida y que la muerte. Pero las definiciones son como un mal poema: no comunican nada, no aportan nada a lo ya sabido, y decido que el silencio, como decía el clásico, es la mejor invención que tenemos para expresar el deseo en su estado más puro.
La soledad corretea por nuestras almas como una niña pequeña descubriendo habitaciones vacías en una gran mansión deshabitada. Alguna que otra habitación gusta más que otra. Ése es el peligro.
Hemos vendido tantas veces la "burra" del amor que ya los clientes están saciados, hartos... tanta violencia sobrellevada, tantos tópicos manidos por la misma costumbre, tanto juego por parte de dos personas que atenaza de miedo a uno...
Por eso, siendo objetivo recuerdo un verso de Javier Egea y me relaja un poco el trasiego mental, que a ratos casi brota de mi cabeza, sin orden, concierto, respeto...
Cada vez más dormidas tus ingles a mis besos...
La dificultad estriba en saber qué se quiere y cuáles son las metas que a corto plazo necesitamos cumplir.
A veces, me sirven metáforas para hablar de esos ojos marrones, pero la mayoría de las veces, las palabras se divierten al convertirse en balbuceos, ya se sabe, las palabras del neolítico de nuestro aprendizaje comunicativo, lo puro que es el sonido no inteligible cuando el cerebro no reacciona ante la belleza que él mismo ha ido inventando.
Hay momentos en los que abuso de la retórica y pienso que el amor, que la vida y que la muerte. Pero las definiciones son como un mal poema: no comunican nada, no aportan nada a lo ya sabido, y decido que el silencio, como decía el clásico, es la mejor invención que tenemos para expresar el deseo en su estado más puro.
La soledad corretea por nuestras almas como una niña pequeña descubriendo habitaciones vacías en una gran mansión deshabitada. Alguna que otra habitación gusta más que otra. Ése es el peligro.
Hemos vendido tantas veces la "burra" del amor que ya los clientes están saciados, hartos... tanta violencia sobrellevada, tantos tópicos manidos por la misma costumbre, tanto juego por parte de dos personas que atenaza de miedo a uno...
Por eso, siendo objetivo recuerdo un verso de Javier Egea y me relaja un poco el trasiego mental, que a ratos casi brota de mi cabeza, sin orden, concierto, respeto...
Cada vez más dormidas tus ingles a mis besos...
2 comentarios:
La cita de que el silencio es la mejor invención que para expresar el deseo en su estado más puro, me recordó también aquel proverbio que aconsejaba no hablar si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio. Pese a ello no me voy a quedar con las ganas de expresar mi admiración por la calidad literaria y la profundidad de las reflexiones que he visto en este blog.
Me quedo con esta frase: " La soledad corretea por nuestras almas como una niña pequeña descubriendo habitaciones vacías..."
Ei, gracias por dejar tu opinión.
Sí, a veces hablamos demasiado.
Le echo un vistazo a tu blog, a ver qué tal...
Un saludo.
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