Justifico ya, con desidia
el desmedido afán del otro
por ser genial.
Perpetúo mis opiniones
en trabajados versos híbridos
producto de lecturas críticas.
Y si me leo, me avergüenza
no denunciar que un niño muere,
que una chiquilla es violación
para animales de mi especie,
saber que un verso -nueve sílabas-
no salva ni condena, pero
quizá mantenga ante la muerte
(real o fingida, qué más da).
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