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martes, 8 de abril de 2008

Onirisma, de Pablo Acevedo.



Pablo Acevedo, Onirisma, Dauro Ediciones, Granada, 2001; prólogo de Joaquín Roses.

(Pablo Acevedo abandonó el útero materno en 1977. Es licenciado en Filología Hispánica. Ha formado parte de la antología El siglo expira (1999). Actualmente realiza estudios de doctorado y de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada.

Joaquín Roses es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba (1987) y Doctor en Literatura Hispánica (1991) por la Brown University (EE.UU.). Actualmente es profesor titular de literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Córdoba.)


Si la poesía se hace presente en alguno de los libros que he tenido la oportunidad de leer a lo largo de los últimos años, el ejemplo más radical de esta afirmación se encuentra en las páginas del primer libro de Acevedo.

Poeta radical tanto en la forma como en el contenido, difícil de leer, duro de asimilar y un placer para quien quiera dejar a un lado la poesía fácil de lo típico y tópico de hace veinte años sobre neones, ginebra, tabaco mal fumado y prostitutas que a las cinco de la mañana hasta nos parecen guapas; Acevedo se separa conscientemente de este mundo práctico y realista pero no en una huida precipitada hacia la estética vacía, sino a un mundo de autocrítica y autoironía, todo aderezado con las mejores imágenes que he podido encontrar en un poeta de su edad.

Las influencias son los surrealistas, los buenos, los que supieron aprovechar el cambio que Rimbaud pedía ("changer la vie"), pero también nuestra tradición, claro, la barroca, la experimental, lo mejor del 27, el mejor Aleixandre de las prosas poéticas, Carlos Edmundo de Ory, Leopoldo María Panero, Vallejo, Huidobro, Darío... Tanto en tan pocas páginas...

Pablo acaba de publicar su segundo poemario, Cazamariposas, que ya comentaré más adelante.

Pablo da miedo. Pablo asusta cuando escribe, embelesa cuando habla y maravilla cuando critica.

Pablo Acevedo será quien quiera ser dentro de muy poco (auguro).


"Conozco la pregunta que ruborizó a Dios e hizo enfermar a los hombres", afirma Acevedo...

5 comentarios:

Jesus Dominguez dijo...

Desde luego que con estas referencias uno no puede reprimir las ganas de descubrirlo.

Gracias, un saludo.

Jesús

tabúclown dijo...

De nada, un placer. Es positivo compartir lo que se conoce. Un saludo...

Anónimo dijo...

Pues yo lo conozco personalmente y es un inculto,un maleducado y un perfecto imbécil

tabúclown dijo...

Se nota que tú, "anónimo", eres culto, educado e inteligente: un valiente posmoderno.

Anónimo dijo...

Pablo siempre ha sido una especie de alef, señalando al cielo y a la tierra al mismo tiempo. Sus palabras son solo eco de un terrible dictamen, que todos conocemos pero rechazamos aceptar: nuestra finitud temporal y los limites de la humana carne.Celebro su carrera y le deseo suerte y buena fortuna.

Alexander