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viernes, 11 de abril de 2008

Las colinas tienen ojos de Alexandre Aja, 2006; segunda parte de 2007, por Martin Weisz.




Realmente esto es una excusa para que la gente sepa que la primera parte es la que merece la pena.

¿Nos quejamos de que el sistema crea elementos nocivos o realmente tendríamos que saber que estarán ahí siempre porque dicho sistema no deja de aportar nuevas dudas, traiciones al hombre y olvido cuando hace falta no "destapar" ciertos fallos que quizá hagan que se perfeccione una sociedad?

La crítica social de esta película, disfrazada por Aja de típica "película de miedo", es fundamental para entender ciertos comportamientos sociales. El guión, creo que está bastante bien construido y los momentos de sobresalto están magníficamente acompañados por una música bien seleccionada. Recordemos que los personajes fueron creados por Wes Craven a finales de los 70.

La lucha por la supervivencia de ambas partes -los que están dentro y los que están fuera del sistema- nos dice que realmente el cazador y la presa, en la sociedad que vivimos hoy, cual si de un carnaval se tratase nuestro día a día, pueden perfectamente interpretar el papel opuesto, dependiendo de las circunstancias personales y temporales.

La segunda parte atrae, pero el concepto ya está en la primera: no es la "película de miedo" al uso.

Al ser un remake de una historia de Wes Craven, ya intentaré contar cuando encuentre la de Craven, qué aporta Aja al mundo del cine, porque Weisz no cuenta mal, pero se esperan muchos de los motivos y recursos "fáciles", que Aja trastoca, a mi entender, haciendo más especial la primera parte que la segunda, en mi opinión.

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