Música, sexo, cine, literatura, tabúes, humor...

lunes, 31 de marzo de 2008

...ya nos superan los musulmanes en número y subiendo...

...y se extrañan de que crezca el número de practicantes musulmanes. Haciendo estadísticas, el monseñor Vittorio Formenti, que por lo visto es el encargado de hacer numeritos, dice que los musulmanes constituyen un 19, 2 por ciento de la población mundial, mientras que los católicos conformarían el 17,4 por ciento. Juntándose el catolicismo con, atención: ortodoxos, anglicanos y protestantes, es decir todos los grupos cristianos, seguiríamos ganando, todo un orgullo para la raza humana.

¿Es normal coger un sector del cristianismo y compararlo con una religión entera? ¿Es juicioso recolectar grupos diversos para competir en número de fieles cuando a la iglesia de Roma le viene bien?

¿Es sano hacer cuentas para ver quién va en cabeza, en lugar de preocuparse por los conflictos reales del mundo donde la iglesia -la que sea- como institución podría aportar más respeto, tolerancia y educación?

Preocuparse por las estadísticas y por cambiar la tumba del anterior papa, no sabemos si esclarece el problema de visión que muchos creyentes (católicos, sí) empiezan a tener.

Lo bueno es que todo se debe a la mayor tasa de nacimientos en los países musulmanes...
¿Qué dirán ahora los ministros de la iglesia sobre el uso de anticonceptivos? ¿Que los musulmanes deberían usarlos más para seguir ganando en la carrerita por el estrellato religioso...?

Pederastia y reinserción

Y sí, claro, el caso de Mari Luz.

El debate sobre si es posible que una persona se reintegre en nuestra sociedad después de algo así, está servido, aunque algunos piensan que no hace falta tal debate.
La Audiencia provincial de Sevilla tardó tres años en confirmar la sentencia del juzgado, sentencia que ya condenaba por otro delito al mismo individuo, si no he entendido mal. Mientras, al margen de problemas legales, Santiago del Valle estaba en la calle, paseándose entre niños y adultos. Es extraño que una sociedad moderna y civilizada permita que estas cosas ocurran ¿no? Es decir, ¿pesan más las circunstancias sociales, personales o políticas que la condena y el cumplimiento de la misma por parte de alguien?
Digo lo de circunstancias personales por lo de una baja que la funcionaria encargada en su momento del caso tenía cogida: el problema es que nadie la sustituyó en su tarea, y recordemos que no hablamos de una tarea cualquiera, y ahora pienso que debería haber más recursos para poder evitar situaciones como ésta.
Sinceramente, no sé si una terapia o psicoterapia serviría para individuos así. Algunos opinan que son una lacra y que como tal deberían ser exterminados; otros opinan que es posible encerrarlos y mantenerlos con vida, a la vez que se les intenta corregir actitudes así.
Los padres de Mari Luz piden explicaciones pero ¿cómo podemos pedir explicaciones a individuos que utilizan otros procedimientos mentales a los que la mayoría impone como normales, porque son los que realmente funcionan y hacen que, por ahora, esta sociedad respete unos valores y avance como "moderna", "respetuosa" y "tolerante" con criaturas que aún no pueden elegir y que tenemos que guiar para que lleguen al futuro?
Desalienta percatarse de la existencia del mal uso de la mente humana.

domingo, 30 de marzo de 2008

El amor (por Romualdo Martínez)

Transcripción literal de partes del capítulo segundo de "Pensamientos hacia un perfecto futuro":

"Querer a alguien se asemeja mucho a estar solo: sólo hay un desplazamiento, hacia otra persona, de preocupaciones, objetivos y demandas que, en realidad son de y hacia uno mismo. Lo ideal es pensar que cada uno es cada uno, antes y después de empezar una relación; tenemos que recordar cómo somos y qué queremos en cada momento, y ¿qué mejor momento para ser sincero con uno mismo que estando solo?
Amar implica respetar al otro, manteniendo el respeto por uno mismo, porque si no, partimos de la errónea idea de dar todo sin haber recibido de nosotros mismos. No somos libres hasta la aceptación del otro. Y viceversa, claro.
[...]creo que lo demás son tópicos e inyecciones de gestos repetitivos, manidos por conocidos, que aportan una dificultad en nuestras relaciones. Las conductas han de ser claras y sinceras. Darse a conocer significa conocerse a sí mismo. Si no, la sorpresa del otro será minúscula en comparación con la propia."
"[...]la expresión "ser fiel" me ha recordado siempre a la relación entre un dueño y un animal doméstico, llámese cánido o felino, preferiblemente el primero[...], [...]mantener una relación sana, significa no mentirnos a nosotros mismos: si percibimos una mentira en nuestra actitud que pueda pejudicar al otro porque hemos apostado por una relación entre dos, es difícil que esa relación llegue a buen puerto. El amor, desde mi punto de vista, es tan prístino, que no necesita ser manchado por vulgaridades como la mentira o la media verdad, o el concepto tan intrigante y religioso de "mentira piadosa" (mentir para no hacer daño, de locos). Soy de la opinión de mostrar las cartas al otro, para desmontar el probable juego, claro que así me va..."

Un día más...

Se levanta cada mañana y se acicala para ir a un trabajo que no le gusta. Hoy, como tantos otros días se mira al espejo y descubre que su padre llevaba razón. Siempre le decía que las mujeres son todas iguales: egoístas, vanidosas y volubles. Va a la cocina: ella ya está levantada y los "buenos días" tiritan en sus labios, caen al suelo, ni siquiera le mira a la cara, ¿por qué no me miras?, grita él, mírame joder, soy tu marido, qué te pasa, por qué me enfadas, la coge, la zarandea, gritos, miedo, terror, ojos desorbitados...

Se levanta cada mañana y se olvida de sí misma: piensa en que todo esté perfecto, pero algo ocurrirá, siempre pasa: que no se enfade, Dios, que no piense nada raro, prepara el café, que se vaya, las tostadas, a ver, el zumo, hace unos años no era tan violento, de qué tiene miedo, se toca el labio superior: lo tiene hinchado, le escuece. Lo oye llegar. Tiembla. Baja la mirada, buenos días...

Woody Allen y su visión del sexo...



Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar
, de Woody Allen, cumple 36 años.
Allen se anima a expresar su punto de vista sobre temas como la infidelidad, la preocupación por la "normalidad" impuesta en el sexo, el travestismo, la zoofilia, la homosexualidad, los estudios "rigurosos" sobre la sexualidad humana, el adulterio, la exhibición, la retórica sexual, las desviaciones mal vistas socialmente...

87 minutos (ni más ni menos) divididos en 7 partes donde Allen juega con el mito, el tabú y la crítica al mundo moderno, donde todo es "televisivo", justificable y moralmente casi aceptable. La ironía que demuestra al tratar temas tan espinosos como la zoofilia, contrasta con la preocupación de mostrar que en diferentes épocas y diferentes culturas, básicamente la materiaa "discutir" es la misma: la parte animal de la persona busca sexo donde y cuando sea, si el instinto utiliza todo su poder. Como dice en la primera historia el bufón venido a menos que pretende a la reina con la excusa de un bebedizo:
"...y aunque ello me cause enojo,
tengo que abrir el cerrojo
para ver si voy, y mojo."
La traducción es divertida, ya veremos en inglés qué dice el juglar cuando quiere aperturizar la moral de la "fiel" reina.

La anormal relación que tiene el pastor con la oveja, normalizada cuando es el doctor el que la vive en sus carnes, se convierte en usual, aceptable, con los problemas normales de una pareja, al pasar ambos, doctor y oveja un rato en la cama: ahí la locura ya no es tal, y se puede justificar el cariño y el sexo hacia un animal sin que por ello, haya de ser tachado como loco.

La aceptación es lo importante en la sociedad y las rutinas se rompen, según Allen, cuando lo privado y lo público copulan: la televisión nos muestra como un concurso, las desviaciones de un rabino al que le excita ser atado; una chica disfruta manteniendo sexo en lugares públicos; el amor y la comprensión de la mujer, justifican que un matrimonio acepte que el marido disfrute vestido de mujer; experimentos estrafalarios de un "científico loco" demuestran que lo excesivo conduce a la represión (un enorme sujetador para un pecho asesino y gigantesco), como cualquier extremo; la religión no es un medio eficaz para combatir algo tan irracional como el deseo, diferente y diferenciador entre hombres y mujeres;la parte que nos cuenta sobre el cerebro y su importante labor en nuestro cuerpo, tiene su punto culminante en los mitos del espermatozoide miedoso (Allen), que contrastan con lo aprendido educacional y culturalmente que un compañero de aventura le recuerda: lo que nos enseñan enfrentado al desconocimiento de la experiencia no realizada, la vida misma: teoría versus práctica; genial, también cuando prenden a un "cura" que trabaja en el departamento de conciencia, preocupado por la moral que es el que casi provoca un sabotaje sexual en toda regla...

Una película entretenida y con una crítica muy al estilo de Allen: la libertad sexual y las diferencias entre las personas en un tema tan complejo en el que entran en juego, cultura, sociedad, política moral, religión, y devaneos personales de un director que aprovecha los recursos de la cámara como la luz y el color, los planos y los personajes, con una maestría que atrae y engancha por la facilidad narrativa aparente que tiene. Quizá gustaría ver, algúna de las 7 historias, como la del espermatozoide, contada desde el punto de vista femenino: sería interesante ver el ingenio de Allen a la inversa...

sábado, 29 de marzo de 2008

Realidades alternativas...

La preocupación radical consiste en saber cuáles son los objetivos.
A partir de aquí, hay un cambio fundamental, tanto de fondo como de forma.

Ah, por cierto, hay que darle la bienvenida a este mundo virtual a alguien que se ha animado a entrar en él (que ya está bien). Visitad si podéis:
rabos de pasas, por si os apetece una opinión sólida sobre temas en política, libros o música.

viernes, 28 de marzo de 2008

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