Transcripción literal de partes del capítulo segundo de "Pensamientos hacia un perfecto futuro":
"Querer a alguien se asemeja mucho a estar solo: sólo hay un desplazamiento, hacia otra persona, de preocupaciones, objetivos y demandas que, en realidad son de y hacia uno mismo. Lo ideal es pensar que cada uno es cada uno, antes y después de empezar una relación; tenemos que recordar cómo somos y qué queremos en cada momento, y ¿qué mejor momento para ser sincero con uno mismo que estando solo?
Amar implica respetar al otro, manteniendo el respeto por uno mismo, porque si no, partimos de la errónea idea de dar todo sin haber recibido de nosotros mismos. No somos libres hasta la aceptación del otro. Y viceversa, claro.
[...]creo que lo demás son tópicos e inyecciones de gestos repetitivos, manidos por conocidos, que aportan una dificultad en nuestras relaciones. Las conductas han de ser claras y sinceras. Darse a conocer significa conocerse a sí mismo. Si no, la sorpresa del otro será minúscula en comparación con la propia."
"[...]la expresión "ser fiel" me ha recordado siempre a la relación entre un dueño y un animal doméstico, llámese cánido o felino, preferiblemente el primero[...], [...]mantener una relación sana, significa no mentirnos a nosotros mismos: si percibimos una mentira en nuestra actitud que pueda pejudicar al otro porque hemos apostado por una relación entre dos, es difícil que esa relación llegue a buen puerto. El amor, desde mi punto de vista, es tan prístino, que no necesita ser manchado por vulgaridades como la mentira o la media verdad, o el concepto tan intrigante y religioso de "mentira piadosa" (mentir para no hacer daño, de locos). Soy de la opinión de mostrar las cartas al otro, para desmontar el probable juego, claro que así me va..."
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