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lunes, 31 de marzo de 2008

Pederastia y reinserción

Y sí, claro, el caso de Mari Luz.

El debate sobre si es posible que una persona se reintegre en nuestra sociedad después de algo así, está servido, aunque algunos piensan que no hace falta tal debate.
La Audiencia provincial de Sevilla tardó tres años en confirmar la sentencia del juzgado, sentencia que ya condenaba por otro delito al mismo individuo, si no he entendido mal. Mientras, al margen de problemas legales, Santiago del Valle estaba en la calle, paseándose entre niños y adultos. Es extraño que una sociedad moderna y civilizada permita que estas cosas ocurran ¿no? Es decir, ¿pesan más las circunstancias sociales, personales o políticas que la condena y el cumplimiento de la misma por parte de alguien?
Digo lo de circunstancias personales por lo de una baja que la funcionaria encargada en su momento del caso tenía cogida: el problema es que nadie la sustituyó en su tarea, y recordemos que no hablamos de una tarea cualquiera, y ahora pienso que debería haber más recursos para poder evitar situaciones como ésta.
Sinceramente, no sé si una terapia o psicoterapia serviría para individuos así. Algunos opinan que son una lacra y que como tal deberían ser exterminados; otros opinan que es posible encerrarlos y mantenerlos con vida, a la vez que se les intenta corregir actitudes así.
Los padres de Mari Luz piden explicaciones pero ¿cómo podemos pedir explicaciones a individuos que utilizan otros procedimientos mentales a los que la mayoría impone como normales, porque son los que realmente funcionan y hacen que, por ahora, esta sociedad respete unos valores y avance como "moderna", "respetuosa" y "tolerante" con criaturas que aún no pueden elegir y que tenemos que guiar para que lleguen al futuro?
Desalienta percatarse de la existencia del mal uso de la mente humana.

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