Las vacaciones de Monsieur Hulot, Jacques Tati, 1953.
...o de cómo no necesitar la palabra para casi nada.
Tati, protagonista en esta comedia tremendamente hermosa, casi no suelta prenda en 95 minutos de historias normales, donde la anormalidad es creada por un personaje difícil de olvidar.
Una temporada de tranquilidad playera se convierte en excusa para hacernos reír con gestos, reiteraciones sobre lo estéril que a veces es la comunicación pretendida y objetos que hacen de Monsieur Hulot, un personaje con una categoría moral excepcional.
El respeto, la tolerancia, la dificultad ante la diferencia de los demás y la crítica a las costumbres burguesas que son las que nos mueven, son algunas de las guindas que podemos encontrar en este sabroso dulce fílmico que Tati nos regaló hace 53 años ahora.
El sonido, la melodía principal, las escenas matizadas por el color diurno o nocturno... acompañan una preciosa historia en la que la ternura aparece y se disfraza de ironía con esa visión que Tati utiliza a la perfección, sin aspavientos ni demostraciones innecesarias.
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