Ese cebollón... esa pose de divo de la música, ese mate recortado por unas gafas de sol que dejan entrever el cansancio de los años...
Al principio pensé: "qué parodia de Calamaro, ése no es él..." Pero al nombrar a Rodrigo Fresán...
A la primera pregunta, el entrevistado se explayó: los entrevistadores callados, con miedo a cortar a un profeta ciego, que repartía con esa "dulsura" argentina hostias al público español en un programa de la televisión nacional a las tantas de la madrugada, profetizando la mierda de futuro musical que nos esperaba, teniendo en cuenta el oscuro presente que vivimos.
Con la segunda y la tercera pregunta, perdidas ya las formas, Calamaro se dedicó a contar que no soporta que el público español no compre su disco y se preguntaba las razones de ello. Defendía que lleva dedicado a la música años y años.
Me hace gracia que tenga que venir alguien de fuera a decirnos que preferimos a Chikilicuatre que a un buen compositor.
Me hace gracia que quien tiene el privilegio de vender discos, esté jodido por no vender más o exprese que le molesta y le extraña que su disco no se encuentre entre los 30 más vendidos de acá, del país donde ya ha triunfado el mismo músico.
A esto hemos llegado: a que los que llevan años dedicados a un arte, nos echen en cara qué mal público somos. Qué más da la nacionalidad. Se vende como derrotado, pero gana pasta promocionándose... ¿alguien entiende algo?
Quizá si no hubiera ido tan colgado...
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