Música, sexo, cine, literatura, tabúes, humor...

lunes, 14 de abril de 2008

La soga, Alfred Hitchcock, 1948.




La soga, como veo escrito por ahí, y como ya me contara Juan de Dios Salas, que de cine sabe bastante, es un puro alarde técnico que "el divino gordito" (como dijeran Faemino y Cansado), se saca de la manga con una (casi) perfección de 81 minutos espectaculares.

Un guión excelente. Una trama apasionante donde acompañamos en todo momento a los dos protagonistas -el asesino implacable que busca reconocimiento, y el culpable que busca redención- al protagonista que desenlaza la trama -James Stewart-, y cómo no, al gran ausente y verdadero protagonista: el producto de la ambiciosa perfección anhelada por los principales protagonistas.

Cómo se distorsionan las buenas ideas; cómo se critica el paso de la teoría perfecta de "salón" a la práctica en la realidad -espacio público/espacio privado-; cómo el director nos hace cómplices de algo que podemos o no aceptar, pero sin dejar de sentir el atractivo por la aventura...

La vanidad, la necesidad de poder reconocido, la culpabilidad y la normalidad de la última escena -recordemos que toda la película es un plano-secuencia, alarde técnico como alarde es la historia-
son características que Hitchcock supo manejar como él sabía hacerlo: rozando la pefección sin caer en ella, porque claro, sabía que lo perfecto... aburre.

viernes, 11 de abril de 2008

Las colinas tienen ojos de Alexandre Aja, 2006; segunda parte de 2007, por Martin Weisz.




Realmente esto es una excusa para que la gente sepa que la primera parte es la que merece la pena.

¿Nos quejamos de que el sistema crea elementos nocivos o realmente tendríamos que saber que estarán ahí siempre porque dicho sistema no deja de aportar nuevas dudas, traiciones al hombre y olvido cuando hace falta no "destapar" ciertos fallos que quizá hagan que se perfeccione una sociedad?

La crítica social de esta película, disfrazada por Aja de típica "película de miedo", es fundamental para entender ciertos comportamientos sociales. El guión, creo que está bastante bien construido y los momentos de sobresalto están magníficamente acompañados por una música bien seleccionada. Recordemos que los personajes fueron creados por Wes Craven a finales de los 70.

La lucha por la supervivencia de ambas partes -los que están dentro y los que están fuera del sistema- nos dice que realmente el cazador y la presa, en la sociedad que vivimos hoy, cual si de un carnaval se tratase nuestro día a día, pueden perfectamente interpretar el papel opuesto, dependiendo de las circunstancias personales y temporales.

La segunda parte atrae, pero el concepto ya está en la primera: no es la "película de miedo" al uso.

Al ser un remake de una historia de Wes Craven, ya intentaré contar cuando encuentre la de Craven, qué aporta Aja al mundo del cine, porque Weisz no cuenta mal, pero se esperan muchos de los motivos y recursos "fáciles", que Aja trastoca, a mi entender, haciendo más especial la primera parte que la segunda, en mi opinión.

Is this love? (con Bob Marley de fondo)

...porque lo que no es amor es sentir cómo transcurren los días, sin solución ni medida, pensar que existe un egoísmo sano, que nos saca de nuestras casillas, poniéndonos en funcionamiento real (la realidad y el otro, qué conceptos más hermosos), dándonos una capacidad de poder total y absolutamente capitalista del mundo que nos rodea, en el que intentamos inter/sobreactuar para defendernos del punto de vista de los demás que no coincida con el nuestro.

La dificultad estriba en saber qué se quiere y cuáles son las metas que a corto plazo necesitamos cumplir.

A veces, me sirven metáforas para hablar de esos ojos marrones, pero la mayoría de las veces, las palabras se divierten al convertirse en balbuceos, ya se sabe, las palabras del neolítico de nuestro aprendizaje comunicativo, lo puro que es el sonido no inteligible cuando el cerebro no reacciona ante la belleza que él mismo ha ido inventando.

Hay momentos en los que abuso de la retórica y pienso que el amor, que la vida y que la muerte. Pero las definiciones son como un mal poema: no comunican nada, no aportan nada a lo ya sabido, y decido que el silencio, como decía el clásico, es la mejor invención que tenemos para expresar el deseo en su estado más puro.

La soledad corretea por nuestras almas como una niña pequeña descubriendo habitaciones vacías en una gran mansión deshabitada. Alguna que otra habitación gusta más que otra. Ése es el peligro.

Hemos vendido tantas veces la "burra" del amor que ya los clientes están saciados, hartos... tanta violencia sobrellevada, tantos tópicos manidos por la misma costumbre, tanto juego por parte de dos personas que atenaza de miedo a uno...

Por eso, siendo objetivo recuerdo un verso de Javier Egea y me relaja un poco el trasiego mental, que a ratos casi brota de mi cabeza, sin orden, concierto, respeto...

Cada vez más dormidas tus ingles a mis besos...

...noticias...

Me molesta dejarme arrastrar por la realidad, eso es obvio, porque parece que sólo suceden cosas negativas. Aunque, claro, no es así.

¿Qué ha pasado esta semana? Bueno, ahí va algo de lo que he "visto" gracias a la prensa: (resumen de resúmenes):

-Bob Dylan ganó el premio Pulitzer, entre otras cosas por lo que su música ha aportado al panorama norteamericano y, para qué nos vamos a engañar, al panorama internacional.

-Ya vamos por 25 mujeres asesinadas. La estadística sigue subiendo. Es desalentador comprobar cómo actuamos de vez en cuando.

-Tibet, China y EEUU, y ahora la Unión Europea.

-Hoy se celebra la investidura de Zapatero. Rajoy y Aguirre. Política.

-Sectas, pederastas, niños con armas en los colegios o estudiantes que graban en móvil palizas a otros para colgarlas en Internet.

-Micah P. Hinson ofrece un concierto esta noche en Málaga, en la sala Vivero. Ya veremos qué tal.

El panorama está jodido. Me sigo planteando por qué. Pero creo que la respuesta es obvia y la pregunta de un infante.

martes, 8 de abril de 2008

Onirisma, de Pablo Acevedo.



Pablo Acevedo, Onirisma, Dauro Ediciones, Granada, 2001; prólogo de Joaquín Roses.

(Pablo Acevedo abandonó el útero materno en 1977. Es licenciado en Filología Hispánica. Ha formado parte de la antología El siglo expira (1999). Actualmente realiza estudios de doctorado y de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada.

Joaquín Roses es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba (1987) y Doctor en Literatura Hispánica (1991) por la Brown University (EE.UU.). Actualmente es profesor titular de literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Córdoba.)


Si la poesía se hace presente en alguno de los libros que he tenido la oportunidad de leer a lo largo de los últimos años, el ejemplo más radical de esta afirmación se encuentra en las páginas del primer libro de Acevedo.

Poeta radical tanto en la forma como en el contenido, difícil de leer, duro de asimilar y un placer para quien quiera dejar a un lado la poesía fácil de lo típico y tópico de hace veinte años sobre neones, ginebra, tabaco mal fumado y prostitutas que a las cinco de la mañana hasta nos parecen guapas; Acevedo se separa conscientemente de este mundo práctico y realista pero no en una huida precipitada hacia la estética vacía, sino a un mundo de autocrítica y autoironía, todo aderezado con las mejores imágenes que he podido encontrar en un poeta de su edad.

Las influencias son los surrealistas, los buenos, los que supieron aprovechar el cambio que Rimbaud pedía ("changer la vie"), pero también nuestra tradición, claro, la barroca, la experimental, lo mejor del 27, el mejor Aleixandre de las prosas poéticas, Carlos Edmundo de Ory, Leopoldo María Panero, Vallejo, Huidobro, Darío... Tanto en tan pocas páginas...

Pablo acaba de publicar su segundo poemario, Cazamariposas, que ya comentaré más adelante.

Pablo da miedo. Pablo asusta cuando escribe, embelesa cuando habla y maravilla cuando critica.

Pablo Acevedo será quien quiera ser dentro de muy poco (auguro).


"Conozco la pregunta que ruborizó a Dios e hizo enfermar a los hombres", afirma Acevedo...