Música, sexo, cine, literatura, tabúes, humor...

jueves, 5 de junio de 2008

Sorpresa ante la vida (por Romualdo Martínez).




Tuve que ir a hacerme el carné nuevo, electrónico y todas las modernuras de hoy. Fotos a tres euros, documento a 6.80 euros, unas cañas en el bar de la otra acera y un sinfín de personajes radiantes de naturalidad.

Estuve una media hora esperando: llegué antes y disfruté de una Cruzcampo fresquita, intentando no pensar en el calor que nos estamos comiendo estos días.

Uno de los chicos que trabajaba en el bar rellenaba un tonelito de ron Pálido. Era de Motril. Ya no se encuentra Pálido en los bares y me gustó la idea de que no se perdiera uno de los rones que según los entendidos es de los mejores, hecho tradicionalmente.

Policías bebiendo agua, clientes pidiendo tostadas y un rarete en una mesa escribiendo un poema de amor: lo normal en un bar de barrio. Una chica de rasgos asiáticos iba y volvía a la comisaria. Comentarios de animales en celo. Comentarios sobre el color del traje de otra, comentarios sobre cómo se suben ciertas partes del cuerpo al observar a una mujer.


Comentarios sobre lo perra que es alguna gente que no quiere trabajar. Sobre que los inmigrantes nos quitan el trabajo y una justificación del racismo que practican en la capital del país. A veces es duro mantener una conversación. Expertos en droga y fiestas, en sexo fácil y rápido y comercio de música que venda, de literatura que venda, del arte como mercado. Claro que lo entiendo. Pero a veces, me siento tremendamente ajeno a lo que sucede a mi alrededor.

Parece que lo mejor es ser egoísta. Capitalista. Comprador o vendedor. En medio, no hay nada. Usurero sentimiental. Engañador amoroso. Amistoso fingidor. Feliz tísico lleno de prejuicios y de postmodernidad tan bien asumida.

O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente

Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.


1 comentario:

Akaki dijo...

Sentir que lo que te rodea es otro mundo, a pesar de que estas en él inmerso...