Y ya.
Decidido queda el que el otro es dueño de su destino.
Nicolas Cage susurrándole a Elisabeth Shue:
"Nunca, nunca, jamás me pidas que deje de beber..."
Mi primo saltando.
Mis ganas de amar.
Mi pasión desbordada.
Todos y cada uno de los pensamientos que arrastro.
Su sonrisa: lista, evaporada.
El puto verano de los cojones.
El otro. El otro. William Wilson.
El alcohol. Las ráfagas. Los flashes.
El dolorido ser de ser un hombre. Coño.
La pencada de cerebro que tengo.
Los muertos.
Música, sexo, cine, literatura, tabúes, humor...
lunes, 9 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario