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miércoles, 31 de octubre de 2007

...disfrazarme de qué?

Sí, de payaso, arlequín, clown, idiota, bufón, mimo o derivados de alguna sub-especie mental que quizá, pueda hacer sonreír a niños, mayores y muuuy mayores.
Dar positividad y alegría.
Intentarlo al menos.
Eso es bueno.
Lo inminente ya fue. Ahora queda la inminencia del presente: la real.
...y el indicativo, por favor. (Obviando el condicional y el futuro, claro)

Grandísimo libro: Santiago Montobbio, Hospital de inocentes. ¡Para fliparla!

2 comentarios:

Luis Castellón dijo...

Hoy me disfracé de mí
y casi que nadie me reconoció
de primeras. A pelarla ( la calabaza )

tabúclown dijo...

Jajajajaaaa....
jajajajajjaaa...
Vaya tela...