...y ni somos clowns ni ná...

El no saber mantener la sonrisa, el no acordarte del haschís.
El ser un payaso de boquilla. El sentir la tele. Joder.
Bolaño y 2666. Panero y Poemas de la locura.
Böll.
Los hermanos Marx. Jagger. Jorge. Vida. Faemino y Cansado. Un cuerpo femenino. La Cruzcampo. Mi madre y su belleza. Una buena foto. Los Les Luthiers. Torrebruno, Mickey Mouse y Fresán. El dolor de Lautréamont. Las pajas mentales de Woody Allen. Tus preguntas. Tu sonrisa. Sus ojos azules. Su oscuro color de piel. Un buen canuto. Jesús. Javi, Pinilla/o y Moyano. Mi padre cuando se le va con esa risa que tiene más vida que mi sexo. Que me dijeras "esa sonrisa es la que me mata, me encanta, me vuelve loca". Cuando me susurraste "¿te dijeron alguna vez que eres muy sexy?". Que me digan "eres un bombón". El Chivi. Sabina. Los delinqüentes y los Carnavales de Cádiz. EL Yuyu. El Selu. A veces, yo. Pepe Mata, Tommaso Padula. El escorzo con otro que soñé de la más lejana que más amé. La vida. La mar. La música y Mozart, Liszt y Bach, Schubert y el funk: Bob Marley. Jim Morrison. Lo que me queda. Rabelais. Egea.
Toda tragedia con la que se pueda bromear si ayudas a otra persona.
El animar hasta la muerte cuando eres bien recibido.
La Heineken. El Pálido. El Parmesano, Emmental, Manchego, Cheddar, Grana padano, Gruyére, Roquefort y derivados de la leche que se asemejan poco a ella. Acevedo. Coppola y Kubrick. La muerte de los hijos de puta.
No soy un clown, quizá. Barrie, Carroll y la literatura. La poesía. Una puesta de sol a tu lado, ensombreciendo tu sonrisa los quince o veinte colores que emanan de la naturaleza del momento...