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martes, 26 de junio de 2007

¿Censura...? ¿Y tú me lo preguntas...?

Volvemos.
La práctica implica conocer la teoría. O al menos así nos enseñaron a los sénseres que peleamos contra el miedo día y noche.
La censura es un cambio radical en la conciencia de los cónqueres que pretenden ser felices.
Nadie es bufón de nadie. Para ser sinceros tendríamos que decir más bien que mi estado natural es de, lo que podríamos denominar, "payasidad natural de a lo hecho, pecho", y por cierto, qué bonito lo tiene.
Pero que nadie se dé por aludido: yo soy el pecador, yo soy el merecedor de la hostia y yo soy el que se implica hasta las patas por no ofender a ninguno de los sénseres que me rodean.
Ah, por cierto: ¿nadie se da cuenta de que cerrar una puerta significa tener que volver a abrirla, pero más tarde?

Ginette, Têtes raides.

Rosa de Lima, Joaquín Sabina.

La hoguera, Javier Krahe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"¿nadie se da cuenta de que cerrar una puerta significa tener que volver a abrirla, pero más tarde?"

...o no, porque lo que hay detrás no vale la pena.Bueno, sólo en caso de urgencia porque te has dejado el tabaco y una servilleta escrita...

Ah! y el que se implique que lo haga convencido, sin ofender-¡claro!-pero con el señorío propio del que busca la verdad.

Un beso / -azo

tabúclown dijo...

La verdad... qué placer el encontrarse con ella, ¿no?